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El último grito entre las telecos: separar su negocio de infraestructuras para maximizar beneficios

El último grito entre las telecos: separar su negocio de infraestructuras para maximizar beneficios





Telefónica, Vodafone, Orange, Euskaltel han anunciado operaciones en las últimas semanas, para crear compañías propias de fibra o torres de telecomunicaciones en España y Latinoamérica, junto a fondos de inversión

 

La última moda entre las principales telecos europeas y, por supuesto, españolas consiste en la segregación de su negocio de infraestructuras para sacarle el máximo beneficio y eficiencia. El último episodio de esta tendencia la protagonizó, en la madrugada de ayer, Telefónica que informó de que había cerrado un acuerdo con la compañía Caisse de Dépôt du Quebec (CDPQ) para la constitución de una sociedad propia de fibra denominada «FiBrasil» compartida al 50% y que supondrá la inversión de 267 millones de euros por parte del fondo de inversiones canadiense. La intención declarada en otras operaciones similares es el monetizar esta infraestructura y expandirla por el país.

Este movimiento precedía a otro anterior de la compañía dirigida por José María Álvarez – Pallete en la vecina Chile, que cerraba el pasado 23 de febrero un acuerdo con el fondo de inversiones KKR, al que vendía el 60% de la filial de fibra «InfraCo» por 500 millones de euros, conservando una participación minoritaria del 40% en la nueva sociedad. Este cambio también incluía la apertura a terceros competidores de sus servicios. En el capítulo de torres, la teleco española vendía hasta 30.722 emplazamientos a American Towers Corporation (ATC) propiedad de Telxius por 7.700 millones de euros a mediados de enero en España, Alemania, Brasil, Perú, Chile y Argentina. Un montante con el que esperan poder reducir deuda. 

Para Alberto de Torres, profesor de ESIC y CEO de Nektiu, la operación de Telefónica en Brasil creará «un gigante de la fibra óptica» en aquel país y considera que esta estrategia «le ha salido bastante bien» en otras ocasiones como en Chile o Telxius. «Por eso, quieren repetir con la fibra óptica, eso sí da dinero y creo que han conseguido bastante por la transacción», ha apuntado este experto quien ve como principal ventaja que se puede compartir riesgos.

Por su parte, el socio responsable de Telecomunicaciones de KPMG en España Javier Arenzana ha apuntado que «es previsible que haya más operaciones de segregación de torres en Europa». Al respecto, ha recordado que «aún hay operadores importantes que deberán mover ficha» y no duda en hablar de «un movimiento de reordenación de la estructura del mercado» con los futuros líderes por definir. En este sentido, ha añadido que es «probable que el coste de las transacciones suba, pero también que la transición se acelere». 

Una tendencia acelerada

No es la teleco española la única en mover ficha, para sacarle más rendimiento a sus redes de fibra o a las torres de telecomunicaciones en las últimas semanas: Orange, en la estela de Telefónica y Vodafone, aprovechaba la presentación de los resultados del año pasado para anunciar la creación de Totem, su propia filial de torres. En concreto, la nueva sociedad integrará las 17.600 torres de la operadora gala en Francia y los 7.900 emplazamientos que posee en España. En cualquier caso, el CEO de Orange en España Jean- François Fallacher aseguró rotundo que «son activos críticos y queremos mantener el control» y recordó que esta segregación también se está produciendo en otros sectores como el hotelero.

La telco gala estima que las torres le supusieron en 2020 unos ingreso de 500 millones de euros y espera que la nueva filial le suponga rentabilidades de entre un 21% y un 30% a largo plazo. También la operadora vasca Euskaltel, anunciaba la semana pasada en la presentación de sus cuentas de 2020 que creará su propia filial de fibra «FibreCo» y que, con esta operación, esperaban ahorros anuales de unos 20 millones de euros. La telco se encuentra en pleno proceso de búsqueda de un nuevo inversor, al que vender el 50% de la nueva sociedad, y cuya identidad se conocerá en las próximas semanas.

Por su parte, Vodafone ha confirmado su intención de sacar a Bolsa a finales de este mes su negocio de torres – Vantage Towers– que creó a mediados del año pasado. Según informó la compañía hace unos día sentre el 1 de abril y el 31 de diciembre del año pasado han registrado una facturación de 945 millones de euros, un 30,7% más que los 723 millones ganados por este concepto en 2019. Todo ello , con un Ebitda de 814 millones , un 31,3% más.

Vantage Towers posee en la actualidad cerca de 82.000 emplazamientos en diez países, entre ellos España. Una cantidad que se ha visto reforzada por la incorporación del 50% de Cornerstone, la sociedad de torres conjunta entre Vodafone y Telefónica en Reino Unido y la adquisición de las torres de Wind Hellas en Grecia.

«Necesitan músculo financiero»

De Torres, profesor de ESIC y CEO de Nektiu, llama la atención también sobre la presencia habitual de fondos de inversión en estas transacciones (KKR, CDPQ, …): «Necesitan músculo financiero», ha apuntado añadiendo que «ninguna operación alrededor de la fibra ha salido mal». En su opinión, movimientos como el último de Telefónica en Brasil también apunta al futuro de Telefónica en Latinoamérica donde la expansión de la fibra puede dar lugar – especialmente en el gigante presidido por Jair Bolsonaro– a replicar el modelo español al otro lado del Atlántico desplegando la televisión junto a la fibra y ofreciendo más servicios a las empresas. «Saben que van a tener muchos más millones de hogares con fibra, por lo que tendrán más valor y luego podrán hacer caja para salir del negocio», describe este analista.

 

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